Gestiona la envidia e invierte en calidad de vida

 

 

Si hay algo inherente a la condición humana que nos une a todos y, al mismo tiempo, nos separa, es la envidia. Es conveniente apartarnos de la idea de que no se debe sentir envidia, porque, tarde o temprano, todo el mundo acaba cayendo en su red. Sin embargo, existen algunas pautas para poder controlarla. Gestiona la envidia e invierte en calidad de vida con Mariela Martínez Ramos – Consulta de Psicología.

 

Empieza reconociendo la emoción

 

Siempre se ha dicho que el primer paso para resolver un problema es reconocerlo. La envidia se basa en querer algo que otra persona posee, pero que uno mismo no tiene, pudiendo surgir de una relación de pareja, un mejor tipo físico o cualquier tipo de éxito ajeno. Además, existen dos tipos: la llamada envidia ‘sana’ y la nociva, basándose la primera en el mero deseo del objeto o éxito en cuestión, sin incluir la alegría de la desgracia ajena; y, la segunda, en la alegría de que al otro le vayan mal la cosas.

 

¿Qué comportamientos te genera?

 

La envidia es una emoción que puede despertar diferentes reacciones, como la depresión o la hostilidad. La primera nos sumerge en el lamento, que, a menudo, deriva en el autosabotaje, siendo un daño que sólo experimentamos nosotros. No obstante, la respuesta hostil es más agresiva y puede llegar a perjudicar a otros, ya que nos lleva a criticar el éxito ajeno, además de dejar una puerta abierta a actitudes más violentas. Por eso, es importante pararnos a pensar cuál de las dos emociones es la que sentimos.

 

Céntrate en ti

 

Cuando la envidia asoma, es normal centrarse en la persona que nos la genera, ya que, muchas veces, es algo que se da de forma inconsciente. Pero, en realidad, es más recomendable enfocarnos en nosotros. Concretamente, en la comparación con nuestras versiones pasadas y establecer un contraste entre esas versiones antiguas y nuestro Yo presente. De este modo, puedes estimular el aprendizaje y enterrar esta emoción oscura.

 

Piensa en tus fortalezas

 

Si cumples el punto anterior, es posible que te lleve a pensar en aquello que te hace fuerte. Y, una autoestima fuerte, lleva a alegrarnos por el éxito ajeno, o, al menos, a mantener cierto equilibrio en nuestra envidia, ya que, si no se controla, esta nos evita aprender de otros.

 

 

Gestiona la envidia e invierte en calidad de vida. Eso te ayudará a ser más feliz y a reforzar tus virtudes. No siempre es fácil, pero, en Mariela Martínez Ramos – Consulta de Psicología, podemos ayudarte, tanto con este como con cualquier otro problema que merme tu salud mental.

¡Combate la envidia!

 

 

En Mariela Martínez Ramos – Consulta de Psicología | Cuatro señales que indican si eres buena persona

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