Aunque a veces parezcan pesadillas, en realidad son más que eso. Según datos oficiales,
el 5% de los niños en edad escolar pueden padecer los denominados terrores nocturnos. Una parasomnia que se produce durante la fase No-REM del sueño y de la que, probablemente, no recuerden nada a la mañana siguiente. En este post de
Gavilán & Ramos, vamos a darte algunas pautas para saber
qué hacer si tu hijo sufre terrores nocturnos.
¿Cómo identificarlos?
Suelen ser episodios breves, de no más de 10 minutos. En ocasiones, son consecuencia del estrés del menor, de unos malos hábitos de sueño o incluso de alguna enfermedad febril.
Sabrás reconocerlos si, cuando acudes a su habitación, lo encuentras gritando, con una expresión violenta e intenta apartarte a toda costa.
Algunos padres lo definen como si sus hijos estuvieran poseídos. Con los ojos abiertos y completamente abstraídos de la realidad.
¿Entonces qué hacemos?
Es importante que no le despiertes. Debes mantener la calma, acercarte suavemente y tratar de que no se haga daño.
Cuando esté volviendo a la calma, ayúdale a acostarse de nuevo. Dale un beso de buenas noches y regresa a tu habitación.
De lo contrario, si decides intervenir de forma activa, es probable que tu hijo se asuste todavía más y que empeores las cosas.
¿Cuándo consultar con un especialista?
Si los episodios se vuelven demasiado recurrentes y son cada vez más violentos, contacta con su pediatra. Después de hablar con vosotros, decidirá si debe derivarlo a un especialista para descartar otras patologías.
Pero tranquilo, en la mayoría de los casos, se trata solo de una fase más del desarrollo.
Ahora que ya sabes
qué hacer si tu hijo sufre terrores nocturnos, no temas. En
Gavilán & Ramos también tratamos a menores. Estamos aquí para ayudaros.
En Gavilán & Ramos
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