Estamos tan centrados en los efectos físicos de la pandemia, que hemos perdido de vista los daños psicológicos. El confinamiento fue la antesala de lo que vendría después. Higiene de manos, mascarilla y distancia social. Prestemos atención a esta última. Son muchos los expertos que ya señalan las secuelas que puede dejar en algunos de nosotros. En estas líneas de Gavilán & Ramos, vamos a hablar sobre el miedo asociado a la distancia social. No es nada casual. Como casi todo en la vida, también tiene su explicación.
El biólogo David Bueno i Torrens recuerda que «somos seres sociales». Quizá por eso, cuando no estamos en contacto con otros, aumenta nuestra ‘sensación de amenaza’.
Una realidad que podemos trasladar también al ámbito educativo, de la mano del psicólogo Alfredo Hernando. Acudir a clase no era solo un acto obligado en lo académico. También era un lugar importante para que los alumnos interactuasen entre ellos. Ahora, esta realidad se ha roto. Y no había precedentes cercanos para evitar que afectase a su desarrollo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que no es lo mismo vernos en persona que a través de una pantalla. En este último caso, solo tenemos dos sentidos. La vista y el oído. No tocamos, no olemos, no saboreamos. Se pierde, así, mucha información sensorial.
Entretanto, mucha gente tenía problemas previos a la pandemia que se han complicado todavía más.
Es importante que detectes si tú o alguien de tu entorno habéis desarrollado nuevos miedos. Quizá sean pasajeros, pero conviene tenerlos en cuenta.
El miedo asociado a la distancia social es uno de los más comunes estos días. Y, lo que es peor, no parece que la pandemia vaya a esfumarse sin más.
En Gavilán & Ramos, podemos y queremos ayudarte. Habla con nosotros.
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