Desde que el mundo es mundo, las personas hemos tenido que convivir con la lucha interna existente entre nuestros éxitos y nuestras inseguridades, un hecho que ha dado lugar a algo conocido como ‘síndrome del impostor’. Esto se traduce, muchas veces, en una sensación de que, aquello que hacemos no lo hacemos tan bien como pensamos, pero la cosa suele ser más compleja. Por eso, desde Mariela Martínez Ramos – Consulta de Psicología queremos preguntarte ¿qué sabes de tu impostor interno?

 

¿Dónde y por qué se da?

 

El asunto del síndrome del impostor suele ser un tema de conversación frecuente en el mundo del arte, pero lo cierto es que se suele dar en todos aquellos ambientes en los que la competencia es muy alta. Aunque hay que señalar que la principal causa es la inseguridad que puede surgir cuando nos encontramos ante un nuevo reto o situación.

 

¿En qué consiste?

 

Desglosando un poco más el apartado anterior, este síndrome suele darse cuando asumimos que nuestro éxito es cuestión de suerte y nunca lo achacamos a nuestra inteligencia sino a factores externos o al hecho de que hayamos tenido que trabajar muy duro para lograrlo.

 

¿Cuáles son sus fuentes?

 

Podemos encontrar diversas fuentes que pueden explicar la aparición de ese pequeño e irritante impostor que nos susurra al oído de vez en cuando.

Por un lado, tenemos la percepción propia del éxito, el fracaso y la competencia. Las personas que sufren el síndrome son muy exigentes consigo mismas y tienen una lista de requisitos prácticamente imposibles de llevar a cabo. Por otro, podemos prestar atención a las dinámicas familiares en la infancia; a menudo, esto suele ser fruto de una comparación constante entre, por ejemplo, dos hermanos. Cuando alguien se cría escuchando constantemente que su hermano es el inteligente o el carismático, esto termina desencadenando inseguridades. Aunque los efectos también pueden derivar de las comparaciones por las notas.

 

Es familiar del pesimismo ofensivo

 

¿De dónde vienen todas estas sensaciones? Los expertos afirman que este síndrome está muy ligado al llamado ‘pesimismo defensivo’. Ambos comparten varias cosas: la existencia de dudas acerca de la propia habilidad, el miedo al fracaso y el mantenimiento de unas bajas expectativas de resultado, todo ello a pesar de una importante historia de éxitos. Esto se debe a que, quienes lo padecen, no se creen merecedores de los éxitos que obtienen y les preocupa que los demás puedan descubrir en cualquier momento que no son tan inteligentes como parecen.

Es evidente que el impostor no es un invitado de honor de nadie. Y, para poder combatirlo, una buena opción es, por ejemplo, aceptar los cumplidos cuando llegan a nosotros. Intenta no justificarte y, sobre todo, da las gracias.

 

 

¿Qué sabes de tu impostor interno? Desde Mariela Martínez Ramos – Consulta de Psicología, esperamos que, a partir de ahora, te enfrentes a ese villano con todas tus fuerzas. Recuerda que, sientas lo que sientas, hay muchos factores que, quizá, puedan estar distorsionando la percepción que tienes de ti mismo y de tu talento. Y te recordamos que siempre es bueno que pidas ayuda si la necesitas.

¡Que el impostor no te frene!

 

 

En Mariela Martínez Ramos – Consulta de Psicología | ¡Hablemos del síndrome de Solomon!

 

 

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