Ansiedad social, un problema creciente a tratar

¿Qué es la ansiedad social?

En entradas anteriores te hablamos del miedo asociado a la distancia social, algo que está directamente relacionado con la situación de pandemia que estamos viviendo. Pero es importante señalar que, la ansiedad social, va más allá de la inseguridad ante el simple contacto físico. Se trata de un trastorno basado en un intenso nivel de estrés derivado de una situación que requiera interactuar con otras personas, ya sean conocidas o desconocidas. Ello, a su vez, puede suponer un problema para el desarrollo de la vida diaria si no lo gestionamos correctamente.

¿Cuándo empieza a darse?

Actualmente, este problema suele darse con más frecuencia entre la gente joven. En muchos casos, empieza a desarrollarse a partir de la adolescencia, aunque, en otros, puede empezar a partir de la niñez o la edad adulta. Sea cuando sea, es importante saber detectar los síntomas y acudir a un especialista lo antes posible para evitar condicionamientos en situaciones futuras, especialmente ahora que el contacto directo se ha vuelto tan complicado.

¿Cuáles son sus síntomas?

¡Atención! Sentir miedo, vergüenza o incomodidad a la hora de interactuar con alguien no significa que padezcamos ansiedad social. No se debe confundir la timidez o el carácter introvertido con este trastorno.

La ansiedad social puede detectarse a través de una serie de síntomas que pasan por unos niveles de angustia o temor excesivamente intensos ante la idea de hablar con otras personas o que éstas te noten nervioso, así como desarrollar miedo a que esto pueda causarte síntomas físicos, como sonrojarte, sudar, temblar o que te tiemble la voz.

Como sucede con muchos trastornos, existen diversos factores que pueden explicar su origen, ya sean hereditarios, relacionados con la estructura cerebral o el entorno en el que nos encontremos. Por supuesto, tampoco podemos olvidarnos de las experiencias negativas, pero lo más importante es conseguir la ayuda necesaria para poder afrontar este problema de la manera más sana posible. Y, sobre todo, evitar que se interponga en tus relaciones.